En la época precolombina, el territorio que actualmente corresponde al cantón de Tilarán, estuvo habitado por indígenas del llamado grupo de los huetares. En la región existió una calzada de piedra o camino que atravesaba la sierra minera de Tilarán, pasando por los alrededores del volcán Arenal, que utilizaban los aborígenes para comunicarse entre los litorales Pacífico y Caribe.
A finales del siglo XIX y principios del XX se originó una migración de habitantes provenientes del Valle Central, principalmente de San Ramón, Alajuela, Poás, Atenas y otros lugares. Entre los años de 1880 y 1900 hubo dos factores importantes que atrajeron las corrientes migratorias a la zona; uno de ellos fue las minas de Abangares y el otro los bosques primitivos de cedro amargo, que requirieron de gran cantidad de mano de obra para explotarlos. En 1888 algunas familias penetraron hasta Santa Rosa (hoy villa Los Ángeles) donde se establecieron. Poco a poco los trabajadores se convirtieron en colonos, fundando en 1905, el caserío de La Cabra, localizada a un kilómetro al sureste de donde en este momento se asienta la ciudad de Tilarán.
La primera veta de oro en la zona minera de El Líbano, fue descubierta en 1907, diez años después comenzó a explotarse.
La primera escuela se estableció a principios del siglo XX, en el caserío La Cabra. En 1908, el Gobierno se hizo cargo de cubrir el salario de la maestra; al año siguiente se construyó una aula, ubicada al este de la actual Catedral. En 1936, en la administración de don León Cortés Castro, se inauguró el edificio bautizándose con el nombre de Escuela Central de Tilarán; en 1981 se rebautizó con el nombre de José María Calderón Mayorga. El Liceo Maurilio Alvarado Vargas inició sus actividades docentes en 1952, en la administración de don Otilio Ulate Blanco, como una escuela complementaria hasta tercer año de educación secundaria; en 1984 se bautizó con el nombre actual. En 1966 por iniciativa de Monseñor don Román Arrieta Villalobos, en ese momento, Obispo de la Diócesis de Tilarán, se creó el Instituto de Educación Familiar, Colegio Vocacional Femenino, que en un principio fue financiado por el episcopado alemán; actualmente se denomina Instituto Tilarense de Educación Familiar.